Un solo aspecto puede cambiar por completo la forma en que bancos y fintech manejan nuestra plata. Por qué la intermediación financiera está en el centro del debate financiero.
En la práctica, la intermediación financiera marca la diferencia entre las fintechs y los bancos, en el mundo de las finanzas.
Se trata de un proceso donde las entidades financieras, como los bancos, reciben plata de las personas o empresas a través de depósitos en cajas de ahorro, cuentas corrientes o plazos fijos. Luego, prestan estos fondos a quienes lo soliciten para el desarrollo de sus actividades económicas o tal vez para la compra de bienes o servicios.
De una manera más técnica, la intermediación financiera es la función que tienen las entidades financieras que están autorizadas legalmente para actuar como enlace entre el solicitante de un financiamiento y el dador del mismo. Como contraprestación obtienen un interés o comisión por realizar la conexión entre ambos agentes.
Básicamente, en ese circuito, los ahorros que poseen algunas personas o empresas se transforman en recursos para las necesidades de otros. Así, la intermediación financiera es un proceso que permite generar empleo y aportar al progreso económico de la sociedad.
Cómo es la intermediación financiera en la Argentina
En Argentina, la intermediación financiera se encuentra avalada en la Ley de Entidades Financieras. Por un lado, esta Ley indica que las entidades financieras reciben depósitos del público, asumiendo el riesgo de tener que devolver la plata en las condiciones pactadas, pagando el interés pactado cuando corresponde.
Por otro lado, la entidad financiera puede prestar parte de esa plata que recibió de los depositantes, pero debe asumir el riesgo de incobrabilidad de esos préstamos que otorga.
En consecuencia, podemos decir que los bancos y entidades financieras que realizan intermediación financiera asumen riesgos al prestar plata de terceros por la que deberán responder, pero obtienen una recompensa o ganancia por asumir ese riesgo.
Asimismo, pueden ser intermediarios financieros quienes tengan autorización legal de la autoridad competente, en este caso el Banco Central de la República Argentina (BCRA); y, para eso, deberán cumplir todos los requisitos legales, de solvencia, experiencia y seguridad que le sean solicitados.
Intermediación financiera: una gran diferencia con las fintechs
Como vimos hasta ahora, las entidades financieras que realizan intermediación, como es el caso de los bancos, toman plata de terceros (personas y empresas) y luego la prestan. Esto genera que lo que pagan a los depositantes sea el costo de financiamiento que tienen para hacerse de la plata que luego van a prestar.
Por el contrario, las empresas fintechs no tienen ese mismo costo de fondeo, ya que no prestan la plata de las personas o empresas. Es decir, no realizan intermediación financiera.
Esta situación provoca una gran disparidad en el costo de fondeo, porque las fintechs realizan los préstamos con capital propio, con plata que obtienen por sus propios medios. En efecto, por lo general, las fintechs prestan plata con capital propio que obtienen, por ejemplo, en el mercado de capitales o por parte de inversores y accionistas.
Por lo tanto, la gran diferencia entre las empresas fintech y el sistema bancario es que, al no poder realizar intermediación financiera, las fintechs no pueden captar plata del público de la misma forma que lo hacen las entidades financieras a través de plazos fijos o depósitos en cajas de ahorro o cuentas corrientes.
Entonces, como consecuencia, para conseguir plata, las fintechs deben tener generalmente un costo de fondeo mucho más elevado que el sistema bancario.
Ventajas y desventajas de la intermediación financiera
Ahora bien, entre las principales ventajas de la intermediación financiera podemos destacar:
Canalizar el ahorro hacia la inversión y la mejora de la actividad económica.
Aumentar las posibilidades y alternativas de inversión.
Reducir costos de fondeo.
Profesionalismo y especialización en el servicio financiero.
Mientras que, por su parte, estas son algunas desventajas:
Podría no ofrecer el mejor producto al cliente, sino el que más ganancia le represente al intermediario en cuestión.
El intermediario financiero podría no ser imparcial.
El servicio de intermediación podría no ser personalizado.
Un ejemplo simple para comprender la intermediación financiera
Para entender claramente el proceso de intermediación financiera imaginemos que vamos a un banco y depositamos unos $100.000 para hacer un plazo fijo que nos dará 30% de interés durante un año. A fin de año, deberemos recuperar los $100.000 colocados inicialmente, más $30.000 de intereses que nos debe pagar el banco. El banco en cuestión debe administrar esta plata que recibe, puede prestarla, pero deberá tenerla disponible dentro de un año, el día que vayamos a retirarla.
Luego, supongamos que una persona llamada Juan concurre al banco a solicitar un préstamo de $100.000 que le hacen falta para comprar una bicicleta. El banco decide prestárselos, pero le cobrará un interés de 60% anual por darle la plata.
Ahora, Juan quedará comprometido a devolverle al banco los $100.000 que le fueron prestados, más los intereses que el banco le cobra por facilitarle este monto de plata, que serán $60.000.
De esta manera, el banco cobrará en total $160.000 a Juan y deberá pagarnos $130.000 a nosotros cuando se cumpla el año. Su ganancia será de $30.000, este monto es el beneficio del banco por realizar la intermediación financiera.
Lo que cobren como comisión o interés los intermediarios financieros variará en función de múltiples factores, como la cantidad depositada o pedida de plata, así también como de los plazos de esas colocaciones o préstamos, la buena o mala reputación que pueda tener quien solicita plata, si tiene garantías o no, etc.
